A todos nos puede pasar. Y antes
o después acaba sucediendo. Estás en el lugar más insospechado y de repente
algo te llama la atención: una cara, unos ojos, una figura y allí está, aquella
chica que conociste en una de tus aventuras. Si ambos estáis solos, no hay
mayor problema. Un leve saludo o un simple “¿qué tal?” si hay algo de confianza
y pista. Si alguno está acompañado, es una cuestión más delicada. Esta semana
me he encontrado dos veces a la misma chica, en la misma zona y ella estaba
acompañada de la misma persona. A todas luces su novio.