Pocos días atrás visité a una sospechosa habitual. Mientras
me recibía y charlábamos un poco saludándonos, fui testigo indirecto de la
fantasía de otra persona. Su compañera estaba en una habitación próxima con un
cliente y se oía parte de la acción. Siento no ser muy descriptivo con lo que
percibí, pero es por una cuestión de discreción. Entre lo que oí y lo poco que
me explico mi amiga, me hice una composición aproximada de lo que ocurría. Y
pasmado me quedé. Primero, por la originalidad de la fantasía, ya que daba una
vuelta de tuerca a un clásico juego de roles. Segundo, por su complicada puesta
en escena. Mi amiga me comentó que era un cliente habitual y que tardaba tres
cuartos de hora solamente en la preparación de la fantasía. Repito que me quedé
impresionado.